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53 »¡Bendito eres en tu bellísimo templo!
Tú mereces ser adorado para siempre.

54 »¡Bendito eres en el trono de tu reino!
Tú mereces ser adorado para siempre.

55 »¡Bendito eres tú,
que tienes tu trono sobre los querubines;
que conoces los secretos más profundos!
Tú mereces ser adorado para siempre.

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